Para nuestra ciudad es muy importante propiciar espacios donde la historia permanezca viva y se constituya en un atractivo de interés cultural que convoque la mirada de distintas latitudes a nuestro territorio Libertario por antonomasia. El 28 de julio de 2019 se cumplen 200 años del fusilamiento de la heroína Antonia Santos Plata y los actos conmemorativos se inician el 27 de julio con las actividades programadas por la Fundación Comuneros en Acción, el punto de encuentro será la Biblioteca Antonia Santos del Socorro de 2:00 pm a 6:00 pm con la participación de 4 lideresas colombianas que harán honor a su memoria, ideario y lucha como inspiración a la generación del siglo XXI.
En la
“Fundación Socorranos en Acción”, conformada esencialmente por raizales no residentes
y amigos de corazón del municipio de El Socorro (Santander), reunidos en torno de
un plan estratégico de gestión que les convoca y anima, se ha trazado como uno
de sus objetivos primordiales obtener para éste su reconocimiento como “PATRIMONIO
HISTÓRICO DE LIBERTAD
Y DEMOCRACIA EN COLOMBIA” CON FUNDAMENTO EN SUS VALORES
ARQUITECTÓNICOS Y EN SU PATRIMONIO HISTÓRICO, CULTURAL Y RELIGIOSO.
Es en
acatamiento a lo expuesto y con el deseo de exaltar la vida y obra de uno de nuestros
valores históricos más representativos, la prócer y heroína de la independencia
de Colombia Antonia Santos Plata, que nos proponemos conmemorar los
doscientos años de su fusilamiento, poniendo de presente sus virtudes de
valentía y patriotismo como ejemplo inspirador , particularmente
desde su condición de mujer, para la actual generación de colombianas que luchan
por alcanzar el justo posicionamiento que les corresponde en el esquema social,
económico y político de nuestro país.
Y es que
a los méritos como figura estrictamente histórica de esta heroína nacida en la
hacienda El Hatillo de la vereda de Pinchote el 10 de Abril de 1.782, que junto a patriotas de Charalá y Coromoro
conformaron una guerrilla de decisiva participación en los sucesos que desencadenaron
en nuestra independencia y que, al igual que a su joven sobrina Helena Santos Rosillo, le acarrearon el
trágico y sangriento desenlace que hoy la eleva a ocupar sitio preponderante en
el altar de los mártires de la patria, indudablemente debe sumársele el de
haber alcanzado tal dimensión de liderazgo superando el restrictivo entorno social,
religioso y político que por su condición de mujer le rodeaba y limitaba.
Doscientos
años de vida republicana han transcurrido desde entonces con lentos y tímidos
intentos desde diferentes ejercicios constitucionales por llevar a la mujer a
participar de una estructura estatal en donde efectivamente se les reconozca e
incorpore. De la Colombia rural se ha migrado a una Colombia urbana que demanda
de la mujer una participación mucho más activa en el contexto de la economía familiar
y nacional. Sin superar ataduras socio- cultural y religiosas del pasado, no se le reconoce la
evolución de su pensamiento y personalidad viéndose expuesta a permanentes situaciones
de exclusión, discriminación y violencia en crecimiento. Sesenta años de conflicto han dejado en las últimas
generaciones profunda huella de odio, rencor y mucho dolor que es necesario
sanar y superar para la salud social de la patria.
Se hace propicia
la ocasión por lo tanto para, a partir de un análisis crítico de los logros
alcanzados por la mujer en los últimos años, medidos en términos de Dignidad,
Equidad y Liderazgo, hacer valoración de su real condición, desde su
reconocimiento como persona, su rol de participación en los núcleos familiar,
social, económico y político y, coadyuvar
en la construcción conjunta del nuevo modelo participativo y protagónico que el
escenario contemporáneo mundial y, muy particularmente el nacional del post
conflicto, demanda.
Con la
inspiración de Antonia Santos, en la conmemoración de los doscientos años de su
fusilamiento acaecido el 28 de Julio de 1.819, conminamos a las mujeres
Colombianas destacadas por su liderazgo en todas las áreas de la vida social,
política y económica nacional urbana y rural, amas de casa, trabajadoras del
sector productivo, académico, cultural, cooperativo y comunitario,
pertenecientes a todos los segmentos poblacionales sin distingos de raza ni
exclusiones, desplazadas y reinsertadas para que a diario y en su
representación, de manera pacífica perseveren
y luchen en sus demandas por obtener de la sociedad y El Estado su derecho
de acceder en equidad a los escenarios y oportunidades que les permitan soñar,
crear y ser felices.