miércoles, 15 de junio de 2016

PORQUE LA DIVERGENTE ARQUITECTURA DEL SOCORRO

Siempre me ha inquietado la divergente arquitectura de mi pueblo. Solía sentir gran dolor cuando veía hermosas  casonas que sólo se quedaron detenidas en el tiempo con la magia de la fotografías. Pero con el transcurrir de los años y la oportunidad de leer la inquietante y valiosa literatura que sobre El Socorro se ha producido, me he vuelto más tolerante y he comprendido la razón de ser de muchas cosas. Por ejemplo el texto sobre la fundación del Socorro escrito por el Dr. Ramiro Gómez (adjunto), me permite percibir que desde sus comienzos éste poblado lucía la contrastante arquitectura propia de la heterogeneidad de sus habitantes; rica mezcla de indios, colonos, mestizos y demás.

Después muchas casonas coloniales desaparecieron dando paso a la arquitectura Republicana, por un motivo bastante lógico; A esta tierra oprimida por el Yugo español y marcada por la lucha libertaria,  le importaba poco o nada conservar las tradiciones de quienes fueron sus opresores (los españoles).

Hoy somos una nueva generación que nos interesa preservar el patrimonio, es un compromiso hacerlo. Pero ya no lloraré más por lo que no se conservó, ni criticaré jamás la mezcla arquitectónica de mi hermosa ciudad. Ahora explicaré con orgullo el motivo y  la razón.

Apartes del texto original (sin correcciones) tomado del libro SOCORRO CUNA DE LA LIBERTAD COLOMBIANA – tomo 1 – capitulo 4 – autor: Dr. Ramiro Gómez
“Durante un largo proceso de más de cien años  (1.565-1.673)  fueron juntándose allí diversas gentes, que lentamente fueron edificando un pequeño caserío.  Esto explica la irregularidad del plano de la ciudad actual, pues los primeros moradores iban edificando sus casas donde mejor les conviniera, sin sujeción o reglas de urbanismo ningunas.  Fue pues, en sus principios, la corta aldea, posada de mulas, de que nos habla el padre Finostrad.
Pero el terreno en que todas esas gentes iban construyendo sus casas, tenía dueños.  Lo eran José Díaz Sarmiento, José Archila, vecinos de Vélez, quienes al ver
invadidos sus dominios por esta multitud de colonos, gustosamente lo donaron para legalizarles su situación de poseedores irregulares y arreglaran una población que tuviera buen progreso.  Dicha escritura...  firmada por los otorgantes en Chanchón el diez y seis de junio de mil seiscientos ochenta y tres… Fundada oficialmente así la ciudad, en la fecha dicha”